El área edificada en Machu Picchu es de 530 metros de largo por 200 de ancho e incluye al menos 172 recintos. El complejo está claramente dividido en dos grandes zonas: la zona agrícola, formada por conjuntos de terrazas de cultivo, que se encuentra al sur; y la zona urbana, que es, por supuesto, aquella donde vivieron sus ocupantes y donde se desarrollaron las principales actividades civiles y religiosas. Ambas zonas están separadas por un muro, un foso y una escalinata, elementos que corren paralelos por la cuesta este de la montaña. Entre los elementos dignos de destacar figuran los siguientes:
– La Intihuatana: Lugar que pudo funcionar como un magnífico marcador del paso cenital del Sol –un ushnu–, y que parece que muestra otras direcciones singulares, en especial, la de la puesta de Sol en el solsticio de diciembre. Es sin embargo una réplica a pequeña escala del propio huayna Picchu y constituye una de las huacas más importantes del recinto.
– El Torreón o Templo del Sol: Se accede a él por una portada de doble jamba, que permanecía cerrada (hay restos de un mecanismo de seguridad). La edificación principal es conocida como el Torreón, de estructura semicircular y bloques finamente labrados, donde sus dos ventanas podrían haberse diseñado para observar la salida de Collca y como un marcador bastante preciso del solsticio de Junio –el anuncio del Inti Raymi (la mayor festividad del Tahuantinsuyu) –, respectivamente. Una de sus ventanas muestra huellas de haber tenido ornamentos incrustados que fueron arrancados en algún momento de la historia de Machu Picchu, destruyendo parte de su estructura.
– Intimachay: Una cámara en parte natural y en parte excavada en la roca, en que una ventana horadada en la roca de apenas un palmo cuadrado de área y más de dos metros de profundidad permite el acceso al interior de la cámara de los rayos de Sol sólo en fechas muy cercanas al solsticio de diciembre, fecha de la segunda fiesta más importante del calendario inca, la Pascua del Sol o Capac Raymi.
– El Recinto Sagrado o Gran Templo: Se le llama así a un conjunto de construcciones dispuestas en torno a un patio cuadrado. Todas las evidencias indican que el lugar estuvo destinado a diferentes rituales. Incluye dos de los edificios más magníficos de Machu Picchu, que están formados por rocas labradas de gran tamaño: el Templo de las Tres ventanas, cuyos muros de grandes bloques poligonales fueron ensamblados como un rompecabezas, y el Templo Principal, de bloques más regulares, que se cree que fue el principal recinto ceremonial de la ciudad. Adosado a este último está la llamada “casa del sacerdote”, “sacristía” o “cámara de los ornamentos”. El muro perimetral occidental del conjunto incluye una sección semicircular que parece estar orientada astronómicamente a la puesta de sol en el solsticio de diciembre sobre las ruinas de Llactapata. Hay indicios que sugieren que el conjunto general, que incluye varias huacas y piedras labradas, no terminó de construirse.
– Los Morteros: Es un recinto cuadrangular de piedra labrada cuyo suelo está literalmente esculpido en el terreno para dejar exentos dos elementos circulares en forma de morteros andinos paralelos al eje del edificio. Se desconoce su uso exacto aunque se ha presupuesto un uso ceremonial en el que los morteros rellenos de agua podrían haber actuado como una suerte de espejos planos para observar el paso cenital de los cuerpos celestes.
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3.5 Chinchero
Ubicado estratégicamente en el cruce de tres caminos que conectan Cusco, Yucay y Pumamarca, este pueblo era el paso obligado hacia Machu Picchu en la época del Tahuantinsuyo. Esta ruta partía del barrio Carmenca (actual barrio de Santa Ana, en el Cusco), seguía por las faldas del cerro Senca, pasaba cerca de la laguna Piuray, y junto a Chinchero, continuaba hasta Maras.
– El templo del Sol: Está ubicado en la plaza principal. Se erige sobre las ruinas incas del palacio de Túpac Inca Yupanqui y las dimensiones del templo son un testimonio de la importancia que, desde tiempos coloniales y aún antes, tuvieron los curacas de la ciudad. Este es, además, un excelente ejemplo de la riqueza de las iglesias en los pueblos cusqueños.En las cercanías del santuario se encuentra una magnífica huaca labrada en la roca con una serie de asientos que quizás sirviesen para marcar direcciones privilegiadas del horizonte, incluyendo fenómenos astronómicos.
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3.6 Maras
Maras no incluye nada relevante de carácter astronómico pero es un referente cultural importante en otros aspectos. El pueblo actual se fundó en los tiempos coloniales por Pedro Ortiz de Orué. Maras se ocupó cuando muchos ciudadanos incas de Cusco se retiraron de los palacios de la ciudad y tuvieron que migrar hacia otros pueblos pequeños tales como los actuales Maras y San Sebastián. En el pasado Maras fue una villa muy importante. Sin embargo hoy en día es un pueblo aislado y carece de estructuras modernas. En la plaza principal del pueblo (Plaza de Armas) existe un monumento con un conjunto de estatuas representando a una pareja de campesinos y un burro. El pedestal de dicho monumento contiene imágenes de los tres principales atractivos turísticos de la comunidad: las ruinas de Moray, la iglesia colonial de San Francisco y las Salinas de Maras.
– Las ruinas de Moray: A 7 km al este de la comunidad se encuentran las ruinas de lo que se supone que fue el centro de investigación agrícola incaico de Moray (ver más abajo).
– Santuario de Tiobamba: El santuario de Tiobamba es una iglesia colonial hecha de adobe con arquitectura típica religiosa donde se pueden encontrar pinturas cuzqueñas que representan a La Última Cena.
– Las Salinas de Maras: Hacia el noroeste de este pueblo se encuentran “las salinas de Maras” que son muy conocidas. Están constituidas por unos 3000 pequeñas pocetas de decantación con un área promedio de unos 5 m². En la temporada seca éstas se llenan con agua salada que proviene de un manantial natural que se encuentra sobre los pozos, y cuando el agua se evapora la sal se cristaliza. Cuando la sal alcanze unos 10 cm de altura desde la base es retirada y después empaquetada y enviada a los mercados de la región; hoy esa sal está siendo yodada para que no sea dañina a la hora de consumirla.
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3.7 Moray
Moray es un formidable complejo arqueológico, conformado por admirables sistemas de andenes, enormes terrazas que se superponen concéntricamente, tomando la forma de un gigantesco anfiteatro. Estas hermosas terrazas conformaron un gran laboratorio agrícola con diferentes microclimas, en el que los antiguos peruanos quizás experimentaron y obtuvieron mejoras en los cultivos. Se lograron increíbles avances en la agricultura, lo que constituyó su principal actividad laboral y la base de su desarrollo económico. Es posible que la palabra Moray tenga que ver con el término “amoray” con el que se denominaba a la cosecha de maíz; o con “moraya” o “moray”, que era el nombre de la papa deshidratada.
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3.8 Sacsayhuamán
Sacsayhuamán (en quechua Saqsaywaman, de saqsaw, lugar de saciarse, y waman, halcón, es decir, “Lugar donde se sacia el halcón”) es una “fortaleza ceremonial” inca ubicada dos kilómetros al noroeste de la ciudad del Cusco. Se comenzó a construir durante el gobierno de Pachacutec, en el siglo XV; sin embargo, fue su nieto Huayna Cápac quien le dio el toque final y su forma actual en el siglo XVI. La “fortaleza ceremonial” de Sacsayhuamán es con sus muros megalíticos, la mayor obra arquitectónica que realizaron los incas en toda su historia. Desde la fortaleza se observa una singular vista panorámica del entorno, incluyendo la ciudad del Cusco y el nevado Ausangate, una de las “huacas” más importantes del Imperio Inca.
La zona donde se encuentra esta fortaleza corresponde a la cabeza de un puma cuyo cuerpo sería el núcleo de la ciudad de Cusco. según un supuesto diseño de Pachacútec Inca Yupanqui, el noveno Inca. Usualmente se describe a Sacsayhuamán como una fortaleza, pues se encuentra prácticamente encerrada por tres pendientes, y está conformada por colosales bloques de piedra prodigiosamente unidos, que resguardan la ciudad. Sin embargo, el hecho que los incas construyesen allí una fortaleza resulta singular, ya que al momento de su construcción no se enfrentaban a grandes amenazas exteriores. Su forma y ubicación habría obedecido quizás a otros principios, como el de la armonía entre la arquitectura y el paisaje. Las investigaciones actuales sugieren que se habría tratado de un templo dedicado al culto del Sol, para el cual no solamente la construcción era importante, sino también el entorno que la rodeaba.
El complejo arquitectónico ocupa el borde de la ladera norte de la ciudad. El lado sur de la construcción fue cercado por un muro labrado de piedras pulidas de casi 400 metros de largo. Los límites del templo, por el este y el oeste, estaban marcados por otros muros y andenes. El frente principal de la construcción mira al norte y está protegido por un formidable sistema de tres andenes. Estos son soportados por muros zigzagueantes, constituidos por piedras de gran tamaño, que asombraron a sus primeros visitantes y que sigue asombrando aún ahora. El Inca Garcilaso afirma que estos muros fueron hechos para demostrar el poderío inca. Como hemos comentado, desde Sacsayhuamán se obtiene una espectacular vista de la Ciudad del Cusco y su entorno. Además, se pueden divisar cumbres como las del Ausangate, el Pachatusán y el Cinca, lugares que se cree son habitados por apus o poderosos espíritus que gobiernan las montañas. Entre los elementos arquitectónicos que lo constituyen, cabría destacar los siguientes:
– Casa Real del Sol: Sacsayhuamán es uno de los grandes monumentos líticos de la arquitectura incaica, y era posiblemente una gran santuario. Son abundantes las descripciones de la riqueza de los decorados interiores, así como de la alta calidad y la abundancia de los objetos guardados en sus habitaciones. Ello confirmaría que fue un templo dedicado al culto solar o, como apropiadamente lo llamó Cieza de León, una “Casa Real del Sol”. Garcilaso de la Vega deja testimonio, en sus Comentarios Reales, de que los cusqueños sabían que este complejo arquitectónico era en realidad una Casa Real del Sol, y no una fortaleza como los conquistadores denominaron al complejo al encontrarse con él y usarlo como tal.
– Las puertas de Sacsayhuamán: Hubo varias puertas que comunicaban los distintos niveles a través de escaleras. Garcilaso ha dejado los nombres de tres de ellas. En el muro de las piedras más grandes se encontraba la puerta de Tiu Punco (tiu significa arena), la segunda se llamaba Acahuana Puncu y la tercera Huiracocha Puncu (en honor al dios Viracocha).
– Las torres de Sacsayhuamán: El recinto principal está formado por tres grandes terrazas, cuyos terrenos fueron allanados y nivelados. En el lado este se encontraba el Paucar Marca (Recinto precioso), en el centro el Sallac Marca (Recinto con Agua) y al oeste el Muyu Marca (Recinto redondo).
– Torre de Muyu Marca o torre de Cahuide: Fue una torre cilíndrica que, gracias a la información contenida en las crónicas y a excavaciones posteriores, sabemos que se habría tratado de un edificio de cuatro cuerpos superpuestos. Muyu Marca debió alcanzar una altura total de unos 20 metros.
– Las terrazas: Actualmente queda muy poco de las antiguas construcciones edificadas sobre las terrazas del complejo. Entre las torres de Muyu Marca y Sallac Marca existió una plaza alargada. En la terraza más elevada del conjunto se encuentra una poza circular, que pudo ser un reservorio de agua, y un edificio rectangular de una sola puerta. En el extremo sureste del complejo se pueden observar andenes curvos y dos alineamientos de graneros o colcas.
– Huacas: El conjunto incluye numerosas formaciones labradas en al roca, incluyendo la famosa “Silla del inca”. Para algunas de ellas se ha supuesto un carácter ceremonial y una relación con eventos astronómicos.
REFERENCIAS
1. BAUER, B. S. y DEARBORN, D.S. – Astronomía e Imperio en los Andes (abc, Cuzco, 1998.)
2. D’ALTROY, T.N. – Los Incas (Ariel, Barcelona, 202).
3. REINHARD, J. – Machu Picchu: el centro sagrado (Instituto Machu Picchu, Lima, 2002).
4. SALAS DELGADO, D. – Arqueoastronomía Inka (Mundo Andino, Lima, 2011).
5. ZAWASKI, M. J. y MALVILLE, J. M. – An archaeoastronomical survey of major Inca sites in Peru Arcaheoastronomy 21 (2007-8) 20-38.
6. ZIEGLER, GR. y MALVILLE, J. M. – Machu Picchu’s sacred sisters: Choquequirao and Llactapata (Johson Books, Boulder, 2013).